VOLVEREMOS

 Hoy es 10 de septiembre. Por primera vez en 42 años que tengo NO voy a poder desfilar por la rambla. No voy a poder disfrutar de mis fiestas. 

Llevo saliendo en los moros desde que tengo uso de razón, de hecho, llevo saliendo en los Moros del Cordó de Mutxamel desde antes de nacer. Mis hijas, mi hermana, mis primas, mis padres, mis abuelos y sus padres... 5 generaciones. Mi familia fue fundadora y lo llevamos en la sangre. ¡Hasta he conseguido que Roberto se anime a salir y se ha metido de lleno!. He intentado no pensar en qué día estamos pero es imposible. Desfilé embarazada a punto de reventar y lo hice de tres meses. Desfilé volviendo del trabajo y teniendo que ir al día siguiente.He desfilado hasta en silla de ruedas en Mig any. Pero este año es diferente. Este año no hay fiestas. 

Por eso, desde mi refugio solo puedo decir: viva los Moros de Cordó, mi comparsa, vivan todos los festejos de Mutxamel que como yo, hoy están sufriendo en silencio y vivan los Mutxameleros y los no Mutxameleros, esos que no son festeros pero disfrutan de las fiestas desde las sillas viendo el desfile. 

Volveremos a salir, a sentir las marchas moras en el alma, (si, también las cristianas) a dejarnos la piel en el desfile y a emocionarnos con la música y los actos. Volveremos a vestirnos con nuestros trajes de fiesta, a sentir la ilusión, a reírnos en la retreta. Volveremos a trasnochar y a madrugar para ir a la diana porque las fiestas, como la vida, son tres días y hay que disfrutarlas. Volveremos a comer patatas con tomate, y verduras fritas, y chochos, y más patatas, esta vez con alioli. Volveremos a esperar el día de los mejillones y a volvernos locos cuando los sacan porque... "en la barraca saben mejor que en casa". Volveremos a disfrutar de nuestra barraca, a unirnos a nuestra escuadra. Volveremos al pregón, a la ofrenda, a la procesión, al Ravalet, a las cenas de escuadra y de comparsa. Volveremos a tomar chocolate a las 8 en el ayuntamiento y a "redesayunar" en cada "paraeta" de los capitanes. Volveremos a correr como alma que lleva el diablo (con las cuñas) porque el desfile empieza abajo y no llegamos (¡y para empeorarlo soy el cabo!!). Volveremos a recorrer las barracas buscando a los amigos/festeros de otras comparsas. Volveremos a bailar por las noches, a diseñar el disfraz para la retreta y a utilizar alambres, telas, cartones, pintura, y mucha, mucha silicona para el modelo elegido. Volveremos a reírnos haciéndolo y a pensar... al año que viene lo compramos hecho, pero no, volveremos a fabricarlo, porque así "mola más" ¿o es que esos ratos haciéndolo no son lo mejor?. Volveremos a coser lentejuelas (que "todos los años lo mismo"...) y bolitas. Volveremos a probarnos el traje "demasiado tarde" y a llamar a la Iaia con muchas prisas. Volveremos a estar cosiendo hasta el día 9 o si me apuras... hasta el 10 (que a partir de las 12 de la madrugada, ya es el día siguiente). Volveremos a mirar a nuestras hijas vestidas con lágrimas en los ojos. Volveremos a tomar anís, aunque la última vez dijéramos que no lo volveríamos a probar en la vida. Volveremos a ver transformarse el pueblo con la iluminación, las sillas, y lo más importante: el castillo. Volveremos a desfilar a las 12, con un sol de justicia, y a las 8, cuando se hace de noche y los trajes brillan con las luces llenado el pueblo de un colorido que lo hace indescriptible. Volveremos a aplaudir a los capitanes, a los cabos y a las escuadras. Volveremos a contemplar la entrada de bandas con el vello erizado. Volveremos a tirar, o a ver el tiroteo, o a irnos lo más lejos posible, que para gustos, colores. Las lágrimas de emoción volverán a derramarse el tercer día al llegar al final de la rambla, porque... "esto se acaba". Volveremos a echar de menos a los que ya no están y a dar la bienvenida a los nuevos. Volveremos a "sentirnos fiesta" y a estar orgullosos de las mejores fiestas del mundo mundial porque somos festeros. Y yo, Mora del Cordó. Y yazidíe. Os quiero escuadra.

!Viva Mutxamel, Viva la Virgen del Loreto y Vivan las fiestas de Moros y Cristianos¡

Volveremos